Los meteorólogos estudian entre otras cosas, los grandes anticiclones, las depresiones o borrascas y los demás fenómenos que se producen sobre los continentes o los océanos del globo. Para analizar estos fenómenos es necesario obtener y contrastar, a la vez, las observaciones procedentes de una gran parte de observatorios de uno y otro hemisferio correspondiente a un importante espesor de la atmósfera. Los meteorólogos actuales coinciden que es preciso reunir las observaciones de la atmósfera en su conjunto y éste el el objetivo fundamental de la Vigilancia Meteorológica Mundial (VMO), un organismo que depende directamente de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Para interpretar los datos meteorológicos es necesario que los observadores de todas las partes del mundo hagan sus observaciones a las mismas horas, perfectamente coordinados y siguiendo las mismas pautas y procesos. Estos mensajes, que se emiten cifrados, se envían a los Centros de Predicción y Vigilancia y, por último, se transcriben a los mapas sinópticos. Este último eslabón en la cadena de observaciones de llama ploteo.
Ejemplo del ploteo de una estación una vez recibidos los datos de las observaciones efectuadas |
Variables empleadas en el ploteo de las observaciones recibidas desde los observatorios |
Los mapas sinópticos
Por definición, la meteorología sinóptica es una parte de esta ciencia que tiene por objeto la predicción del tiempo. La definición hace referencia al método que se utiliza para la predicción, que consiste, en esencia, en a partir de un estado inicial de la atmósfera (análisis) y de los estados anteriores a él, y a partir de ése comienzo, intentar averiguar cuál será el estado futuro. El método sinóptico consiste en representar el estado de la atmósfera utilizando para ello las observaciones que se realizan a determinadas horas en una gran cantidad de puntos de observación (observatorios meteorológicos).
En el caso de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), parte de éstas observaciones se realizan mediante una red de observatorios, estaciones automáticas, estaciones de radiosondeos, aeropuertos, así como una red secundaria de colaboradores voluntarios. Así mismo tiene una gran importancia disponer de otros sistemas de observación (llamados globales), que permitan seguir la evolución de la atmósfera desde otro punto de vista. En concreto se trata de la utilización de los satélites meteorológicos, radares, red de detección de rayos, etc; todos ellos fundamentales en la operatividad diaria de un servicio de predicción.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en la atmósfera ocurren fenómenos que se desarrollan en diferentes escalas, tanto espaciales como temporales. Para entrar en la definición y características de cada escala meteorológica se puede comenzar con un ejemplo que observamos todos en la vida diaria: Las variaciones de la velocidad y de la dirección del viento pueden ser muy locales y tener lugar en un espacio de tiempo muy pequeño, con lo cual entrarían en la definición de lo que se conoce como microescala. Algunos de los fenómenos meteorológicos pertenecientes a ésta escala pueden ser muy peligrosos como los conocidos "downburst" (desplomes); una racha de viento violenta y descendente asociada muchas veces a las tormentas y que puede resultar especialmente peligrosa para la navegación aérea. Otro de los fenómenos que ocurren en la microescala son las temidas galernas, giro brusco y repentino del viento asociado al paso de un frente frío, que tiene lugar en las costas cantábricas entre los meses de abril a octubre.
Esquema de un desplome (downburst) que desciende de una nube de tormenta (Cumulonimbo) |
Cuando los fenómenos atmosféricos abarcan más espacio geográfico y mayor cantidad de tiempo (por ejemplo, el caso de las brisas tierra > mar, las brisas de montaña, tormentas o nieblas), entramos de lleno en la definición de mesoscala.
La escala sinóptica describe los fenómenos que tienen lugar en escalas más amplias que las anteriores y se considerarían como pertenecientes a la macroescala, con dimensiones entre 2000 y 10000 kilómetros y con una duración temporal entre un día y un mes. En muchos casos también forma parte de la escala sinóptica las borrascas, vagüadas, anticiclones y dorsales. Como ejemplo ilustrativo puede decirse que los mapas del tiempo que aparecen en los medios de comunicación pertenecen a la escala sinóptica.
Galerna en el cantábrico. Cuadro de Fernando Pérez del Camino que representa una escena de la novela "Sotileza", del escritor cántabro José María de Pereda. |
Asimilación de datos. Análisis objetivo y subjetivo
Las observaciones recibidas no pueden introducirse directamente en los modelos numéricos, por lo que deben ser filtradas antes a través de un esquema de asimilación.
Los mapas meteorológicos pueden ser de análisis o previstos. En los mapas de análisis se representa el estado real de la atmósfera en un momento dado y se elaboran a partir de los datos aportados por los observatorios. En el caso de los mapas previstos, como su propio nombre indica, representan la evolución meteorológica prevista por un modelo numérico para un determinado plazo de predicción.
Un análisis objetivo es aquél cuyo resultado no depende del criterio personal del predictor o analista. Se realizan a partir de los datos emitidos por los observatorios, así como de otras fuentes: Satélites, radiosondeos, etc.). El análisis subjetivo se realiza a través de los "mapas ploteados" (hasta la llegada de los equipos informáticos se elaboraban a mano) y en los que cada tres horas se representan las variables meteorológicas para que el analista-predictor dibuje el mapa de isobaras. Estos dos tipos de análisis (tanto el objetivo como el subjetivo) se realizan para distintos niveles de la atmósfera. Esto significa que, además del mapa de superficie (el más conocido por que aparece en los medios de comunicación), existen otros mapas a diferentes alturas, que son fundamentales en el proceso de conocimiento de la atmósfera y, por lo mismo, para la realización de cualquier predicción.
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