Pluviómetro y pluviógrafo
Son los equipos destinados a medir la precipitación, es decir, la cantidad de agua que en forma de lluvia, nieve y granizo (también la niebla forma parte de la precipitación aunque sus registros sean la mayoría de las veces inapreciable) recibe la superficie de la tierra en el lugar de la observación.
Para conseguir la posible exactitud y facilidad en los estudios climatológicos es importante que exista uniformidad en la instalación de los aparatos, así como en los métodos de observación.
El pluviómetro que se utiliza en España como modelo oficial es el de Hellmann que está formado por un tubo cilíndrico terminado en su parte superior por una boca circular de 200 centímetros cuadrados de superficie (16 cm. de diámetro), perfectamente limitada por un anillo de bronce. El agua recogida en ésta boca cae, a través de un embudo, a una vasija interior, la cual queda aislada del cilindro exterior por una capa de aire que evita la evaporación del agua recogida.
Pluviómetro oficial Hellmann de la estación meteorológica de Ojáiz-Peñacastillo |
El pluviómetro se cuelga por medio de aros y grapas en un poste, de modo que su boca quede horizontal con respecto al suelo y a 1.50 metros de éste. Dicho poste no debe rebasar la altura de la boca para que no salpique el agua de lluvia ni sirva de estorbo cuando haya viento. La instalación ha de hacerse en un lugar donde pueda recibir el agua de la precipitación, aunque caiga con alguna inclinación, a una distancia de edificios y árboles mayor que la altura de éstos obstáculos y sin que esté expuesto a ser batido por vientos fuertes. El suelo conviene que esté cubierto de césped.
Para medir la precipitación se vierte el agua del depósito interior en una probeta graduada, cuidando de que no se derrame nada; se coge ésta con dos dedos por cerca de la boca, de modo que quede vertical y se ve a la altura a la que ha llegado el agua.
Vertido del agua recogida en la vasija interior del pluviómetro hacia la probeta |
Debido a la capilaridad del agua, que tiende a ascender por los bordes de la probeta, hay que prestar especial atención a la hora de efectuar la medida. Por ello se tomará la cantidad de agua que esté perfectamente horizontal dentro de la probeta y no la que parece figurar en los bordes.
Hay que observar que estos mismos números indican los milímetros de altura que alcanzaría el agua de la lluvia sobre un terreno completamente horizontal, impermeable y no sujeto a ningún tipo de procesos de evaporación, puesto que un milímetro es la altura que corresponde a un litro de agua por metro cuadrado.
En el caso de que haya nieve en el colector se echa, por la boca del pluviómetro, una cantidad de agua caliente (perfectamente medida con la probeta), necesaria para derretir la nieve; se mide después toda la cantidad de agua del receptor y se descuenta la cantidad de agua caliente medida con anterioridad.
El pluviógrafo no es más que un pluviómetro registrador que permiten obtener un registro continuo de la precipitación y que se utiliza para los siguientes fines:
- Determina las horas de comienzo y fin de la precipitación.
- Determina la intensidad de la lluvia en todo momento.
El pluviógrafo puede ser de diferentes tipos atendiendo al dispositivo o mecanismo que registra la cantidad de agua caída. Entre ellos los hay de flotador, de balancín o de peso. En España se utiliza el tipo flotador para los pluviógrafos manuales y el de balancín para los automáticos.
En el caso del pluviógrafo de tipo flotador, la lluvia cae dentro de un depósito que contiene un bombín hueco y muy poco pesado; el movimiento vertical del flotador, a medida que sube el nivel del agua dentro del depósito, se transmite mediante un mecanismo apropiado, a una plumilla que se desplaza sobre una banda de papel especial.
Para contabilizar la precipitación registrada en el pluviómetro se deben tener en cuenta sólo las curvas ascendentes (que tendrán más o menos pendiente en función de la intensidad). El proceso de vaciado del depósito viene señalado por una marca recta descendente. Las bandas del aparato vienen graduadas en décimas de milímetro (hasta 10), en la escala de precipitación y en horas (escala de tiempo); dentro de cada hora la división es de diez en diez minutos.
La medida oficial de la precipitación siempre será la del pluviómetro. Para que la cantidad recogida en éste como la registrada por el pluviógrafo sean coincidentes es necesario recurrir a un coeficiente de precipitación. La intensidad máxima de la lluvia se calcula buscando en la banda la cantidad mayor de agua recogida en 10 minutos. Por medio de una regla de tres se obtiene la intensidad de la precipitación expresada en milímetros/hora.
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